El me salvó |
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LECCION 4. LA TENTACIÓN
Ser tentato no es pecar, ni es para hacerme peor, sino una oportunidad de ser mejor.
1 Corintios 10.13
"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no se humana, pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de los que podeis soportar, sino que juntamente con la prueba dará la salida, para que podais soportar".
Dios permite que seamos tentados no para que afloren en nosotros cosas malas, sino con el fin de que demostremos cuanto hemos crecido, puesto que las pruebas siempre son de mi tamaño.
La tentación nunca es más fuerte que yo. Nuestro Señor Jesucristo experimentó toda tentación y las venció con la escritura. Nosotros tenemos la decisión de ceder o resistir la tentación.
Tres armas básicas para vencer la tentación que nos enseña Efesios 6.16-17:
1. La Salvación: saber que estas limpio te ayuda a mantenerte santo delante de Dios
2. La Biblia: siempre te da la respuesta a las dudas
3. La Fe: que Dios te acompaña y te ayuda a apagar todo mal pensamiento
La tentación siempre está dirigida tu voluntad, por eso recuerda, todo pensamiento lo debes llevar cautivo a la obediencia de Cristo.
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