Irremediablemente, todos tenemos que morir y comparecer ante Dios. Lo creas o no, así será.
Hebreos 9:27 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.
Todos tenemos el 100 % de probabilidades de morir, eso es seguro, pero ¿sabes a dónde vas a ir cuando ese momento llegue?. Estas seguro a donde vas a estar cuando mueras.
Puedes pensar que el infierno no existe, pero piensa en esto: cuando mueras, hay un hecho, hay un destino eterno, para siempre.
2 Pedro 2:4 "Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio".
Tal vez digas, "Yo he sido bueno en este mundo, he sido bueno con las personas, Yo merezco estar en el cielo, porque he sido bueno y no le hice mal a nadie.
No hay quien haga lo bueno. Todos somos malos por naturaleza, nadie nos enseña a mentir, lo hacemos por naturaleza.
Salmos 14:3 "Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno".
Puedes creer que no existe un infierno, pero tu conciencia te recuerda que lo que haces está mal. Dios puso su ley en nuestros corazones y cuando obramos mal, nuestra conciencia nos condena y nos avergüenza.
Romanos 2:15 “mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos.”
Pero si aún crees ser demasiado bueno para merecer el cielo, reflexiona en lo siguiente.
1. ¿Alguna vez has mentido? Todos lo hemos hecho, eso nos hace un mentirosos.
2. ¿Alguna vez haz robado?, algo pequeño, insignificante, tal vez tiempo en el trabajo. Eso nos hace ladrones.
3. Alguna vez haz mirado a una mujer para estar con ella en tu mente. Jesús en el sermón del monte dijo:
Mateo 5:28 “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
Estos son sólo tres de los diez mandamientos, y la Biblia dice:
Santiago 2:10 “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”.
La ley de Dios fue establecida para que nos demos cuenta que no somos buenos, nadie lo es. Ahora, si alguien rompe la ley, el tal es digno de un castigo, porque la ley es justicia. Delante de Dios todos somos culpables, merecemos el castigo y con ello el castigo eterno "el infierno".
Si creemos que por nuestras obras merecemos estar en el cielo, nuestras obras son como trapos que limpian vomito.
Isaías 64:6 “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.”
Tú no eres bueno, sólo Cristo fue capaz de cumplir la ley. Vivió una vida recta y murió por tus pecados, pago la deuda de tus fallas. El se entregó por ti.
Hay tres pasos para evitar ese castigo.
1. Debes arrepentirte de tus pecados
Hechos 17:30 "Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.
2. Creer que Jesús murió por ti
Juan 3.16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su hijo unigénito, para que todo aquel que en el crea, no se pierda más tenga vida eterna".
3. Caminar en una VIDA NUEVA
2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Debes Buscar a Dios, leyendo su palabra y capacitarte para ser un discípulo de Cristo. Esto es importante, no dice remozar o limpiar la vida que llevas, dice una nueva criatura. Lo nuevo no es lo mismo que lo usado.
Tu vida debe ser transformada para siempre. Algo nuevo no arrastra viejas prácticas, simplemente es nuevo.
Si de verdad entregas tu vida, te arrepientes, crees y caminas con el Señor hay buenas noticias para ti, hay una esperanza para que evites el castigo ineludible del infierno.
Ya lo descubriste. Depende de ti.
Sólo recuerda que cada segundo mueren dos personas,...
que tal si te tocara a ti.